Como ya sabemos, el ser humano construye objetos con el fin de satisfacer sus necesidades y mejorar su calidad de vida. Si miras a tu alrededor, comprobarás que la mayoría de esos objetos (un molino, una lavadora, un reloj, una bicicleta...) tienen o producen algún tipo de movimiento, que persigue una finalidad: moler trigo, limpiar la ropa, indicar la hora, trasladar personas...
Ahora bien, te has preguntado alguna vez qué es lo que hace posible el movimiento de estos objetos? El molino se mueve gracias a un sistema de engranajes cuando el viento hace girar las aspas; el tambor de la lavadora es activado por el motor gracias a un sistema de poleas con correa; las ruedas dentadas de un reloj hacen que se muevan las manecillas; un sistema formado por una serie de ruedas dentadas y una cadena transmite el movimiento desde los pedales de la bicicleta hasta las ruedas...
Engranajes, poleas, correas y ruedas, entre otros, son mecanismos que facilitan el trabajo de las personas, ahorrándoles esfuerzo físico y tiempo y aumentando, así, su rendimiento.
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